Si estamos pensando en alquilar una vivienda, lo más prudente y sensato es contratar un seguro para inquilinos en nuestra correduría de seguros en Madrid. Aunque la ley señala que corresponde al inquilino la responsabilidad de mantener la vivienda en buen estado y en las condiciones en las que la alquiló, además de responder por daños causados, una fianza no es suficiente para asegurar estos dos puntos esenciales, y lo más recomendable es contratar un seguro para inquilinos que nos proteja de daños a otras viviendas, robos o incendios.
En qué consiste el seguro para inquilinos
Un seguro para inquilinos es una de las muchas modalidades de pólizas para el hogar que se adapta a las necesidades del arrendatario. En este tipo de seguros, las compañías aseguradoras suelen añadir coberturas que protejan al inquilino en caso de que se produzca algún siniestro,
Entre las coberturas principales podemos encontrar la de responsabilidad civil, que cubre daños por olvidos del inquilino (dejar un grifo abierto y provocar goteras en otras viviendas o una inundación en la propia casa). Esta cobertura es muy importante, ya que el inquilino es el responsable y si no existe una póliza para inquilinos, el casero tendría que hacerse responsable de pagar todos los daños.
Por otra parte, una cobertura importante es la de recuperación de las fianzas, en este caso para el inquilino. Si el casero no quiere devolver la fianza por haber encontrado desperfectos en la vivienda, la cobertura de recuperación de fianzas es muy beneficiosa para el inquilino porque garantiza su reclamación de forma amistosa o judicial, para recuperarla.
Además, se incluyen coberturas tradicionales como la de robo, puesto que el seguro que tenga el casero, si no lo contrata para el inquilino, no cubre sus enseres ni objetos de valor. Además, si ocurre un siniestro y la casa resulta inhabitable por un tiempo, el seguro se encargaría de cubrir los gastos derivados del alojamiento temporal del inquilino.